Sea lo que sea que haga el ser humano, siempre, sin falta, habrá un componente mayor o menor de EGO involucrado en tal actividad, y obvio, una cosa es entrar a comparar quien es mejor a la hora de tirar los dardos o quién completa el cubo Rubik en menos tiempo, y otra (para hablar de lo que nos interesa, nos importa y nos compete), “medirse el aceite” comparando quién es más rápido subiendo Palmas, cuál inclina más la moto o levanta más la rueda, cuando estas son cosas que se hacen en vías públicas en las que no solo se pone en riesgo el pellejo propio sino la existencia de personas que nada tienen que ver en la manera en que el burro de turno escoja su camino para ir al más allá… o a la cama del hospital más cercano.
Comparaciones tremendistas aparte, y sin caer en más generalizaciones sobre como cada quien usa su moto, aquí tenemos el top 5 de las cag*das de un motociclista (hombre o mujer, aunque los hombres suelen llevarse el trofeo indiscutible en este top), cosas que no necesariamente pueden verse como metidas de pata pero que en la práctica son claves para muchos de los errores que causan incidentes y accidentes en las calles y carreteras de cualquier rincón del planeta.
- Creerte mejor de lo que eres
Es un hecho que en nuestra “cultura motociclista chibchombiana” (y no solo en la nuestra), existe esta idea, estúpida por cierto, que para conducir una motocicleta lo único que hay que hacer es acelerar e ir hacia adelante, que con la práctica y el uso de la máquina se gana la experiencia necesaria para ser un buen piloto y como resultado de esta manera de verlo, lo que tenemos en las calles es una horda de conductores que llegan a tener un nivel de habilidades muy promedio y que a duras penas son capaces de enfrentarse con seguridad (mucho menos con verdadero control), a muchas de las situaciones cotidianas. Por otro lado el que Fulano sea más rápido que Sutano en un tramo de curvas no demuestra que sea mejor piloto sino simplemente que tiene más disposición a asumir riesgos innecesarios desconociendo los peligros a los que se expone y expone a personas totalmente ajenas a su “estado mental”.
Por supuesto la población más expuesta a sufrir de cuenta de este mal, es la de hombres entre los 17 y los 28 años, los que se conocen como donantes de órganos, pero no son los únicos, el EGO no distingue edad, ni estrato, ni género, no cometas el error de confiarte en lo que haces a los mandos de una moto, existen mil y una razones y mil y una razones más para asumir que el solo hecho de transitar en una vía pública constituye en sí mismo un deporte de alto riesgo, tómate las cosas con calma, reconoce ante vos mismo que hay límites (todos los tenemos) y que lo más inteligente es asumir nuestras propias limitaciones, no se trata de andar con miedo, se trata de reconocer los puntos débiles y volverlos puntos fuertes para reducir los riesgos. Puesto de manera sencilla: conduce dentro de tus límites y busca espacios para mejorar tus habilidades sobre la moto.
- Dejarse llevar por la manada
Rodar en grupo es un buen plan, muy buen plan, si todos tienen claro a lo que están jugando, esto es, si todos tienen claro que el paseo es para pasear y no para salir a demostrarle a los demás qué tan bestial está tú nivel de manejo ahora que compraste la última versión de la mega moto de moda con 8.300 posibles combinaciones de ajustes en las ayudas electrónicas. Una vez más, las ganas de hacerse notar o de destacarse entre la manada, te pueden llevar a cometer los errores más simples (con graves consecuencias muchas veces), tratar de seguirle el paso al líder del grupo, que generalmente es el más experimentado y tiene no solo miles de kilómetros en la nalga sino un montón de conocimientos en la cabeza, no suele ser la mejor de las ideas.
Montar en grupo lleva muchas veces a que las cabezas se calienten, esto se traduce en excesos, sobre todo en el acelerador, y cuando se empieza a manejar más en función de cómo me voy a ver en el vídeo en lugar de cómo estoy conduciendo, si estoy siguiendo la trayectoria correcta y demás aspectos de una conducción técnica, segura y disfrutable… pues ya empezaste a meter las patas. ¿Alguna manera de trabajar esto? Sencillo, escoge bien el grupo con el que vas a salir, hazte a un grupo de personas que busquen vivir en la moto con tus mismas o muy similares intenciones y maneja seguro de acatar las indicaciones de los guías, no salgas a exhibirte.
- Acelerar donde no se debe
¡La sola declaración de arriba es suficientemente clara!
No se trata de ir a paso de tortuga, se trata de mantener una velocidad razonable, ajustar el ritmo a las condiciones del entorno, una cosa es rodar en una vía despejada, otra hacerlo en esa misma ruta cuando hay cientos de otros vehículos transitando. Una situación particularmente importante, y a pesar de ello, generalmente desestimada, es cuando se trata de rodar en las zonas que más conoces, donde estás más tranquilo es donde te sientes más seguro de poder acelerar y es también donde más riesgos corres, entre otras cosas porque la familiaridad que te pueda dar el lugar te lleva a bajar la guardia mientras para muchas otras personas ese sitio puede ser completamente desconocido. Tómatelo con calma.
- Empinar el codo y montar en moto
Va a llegar el fin del mundo, o el de la raza humana (lo que suceda primero), y para ese entonces aún habrá personas que no hayan entendido la importancia de no mezclar trago y gasolina. Es lo que hay, buena parte de los seres humanos es tan inconsciente e irresponsable que no aprenden hasta que les pasa, o le pasa a alguien muy cercano. Dicen por ahí que más sabia es aquella persona que aprende del ejemplo ajeno, pero está visto que para la mayoría aplica mejor aquello de que “la letra con sangre entra” por ponerlo de una manera figurada.
Tómate lo que quieras, fúmate o inhala lo que quieras, haz con tu vida lo que quieras, pero a la hora de subirte y conducir la moto has uso de tus cinco sentidos, no seas un número más en las estadísticas del Q´hubo.
- Reaccionar en lugar de anticipar
El conductor promedio se sube a su moto, arranca e inicia una serie de errores consecutivos que eventualmente tienen un mal desenlace, a todos sin excepción alguna nos ha sucedido alguna vez. Llega un punto en que las cosas ante nosotros suceden de manera tan súbita que simplemente no logramos evitar lo evitable, porque si hay algo cierto es que, de una manera u otra todos los accidentes se pueden evitar.
Una de las claves a la hora de conducir una motocicleta, o cualquier vehículo en realidad, es aprender a anticipar lo que pueda suceder, aprender a leer el entorno, hay miles de posibles variables que nos ponen constantemente en peligro: un cruce peatonal, la salida/entrada a una estación de gasolina, un trabajo en la vía, el afán de los demás, o el propio… Tú solo ponle el nombre que quieras, el punto es que sea lo que sea que pase en frente tuyo, si aprendes a estar alerta y anticipar las posibles consecuencias de lo que ves, con seguridad vas a tener muchas más chances de salir bien de esa situación, mientras que, si vas en función de simplemente reaccionar, es seguro que en alguna de esas no vas a alcanzar a salvar la cosas, por muy Capitán Centella que te sientas a los mandos de tu moto.
¿Estás de acuerdo, qué otros factores se te ocurren que pueden clasificar en esta tendencia que tenemos los seres humanos de meter las patas cuando nos subimos a nuestras motocicletas? Cuéntanos en los comentarios
Escrito por: Daniel Velandia
Comentarios (1)
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