Redefiniendo mi transporte citadino con la KTM Duke 390
En la vida se te presentan unas encrucijadas a diario, claro, unas más importantes que otras, pero encrucijadas en fin. Una con las que me enfrento últimamente es ¿si me voy en carro o me voy en la moto? En los últimos 5 años, el tráfico en la capital de la montaña, Medellín, se ha tornado en algo similar a una pesadilla; el alto número de vehículos en la calle, carros, motos, buses, camiones, el lamentable sistema de transporte público, y nuestra misma conducta detrás del volante ha hecho que algo tan fácil como «ir/volver al trabajo» sea uno de los peores momentos del día.
En los últimos 5 años, el tráfico en la capital de la montaña, Medellín, se ha tornado en algo similar a una pesadilla.
Solía tener una scooter para moverme en la ciudad, pero por cosas del destino acabé uniéndome a la marea vehicular de las ciudades y compre un carro. Esto duró alrededor de un año y medio; pero algo en mi había cambiado al final del día y no me estaba gustando, estaba más cansado y de peor ánimo, no sabía por qué.
El gran cambio se dio cuanto KTM abre las puertas en Medellín con la nueva representación de Auteco y la Duke 200 sale al mercado. Sus líneas, prestaciones, precio, me hizo recordar que una moto no tiene que ser grande para ser buena, y que con tráfico como el de esta ciudad, posiblemente el carro no sea la mejor opción; o que por lo menos, no es la única. Volví a comprar una moto «pequeña», y la empecé a utilizar para ir al trabajo. El final de mis días ya no estaba malgenio y no estaba cansado, perdía menos tiempo por trayecto al trabajo y básicamente era un momento más de diversión que alegraba mis mañanas.
Ahora soy el feliz propietario de una KTM Duke 390, hace 4 meses exactamente, después de una corta pero agradable temporada con la Duke 200, aproveché y le aposté a la Duke 390. Me llamó muchísimo la atención, más motor y con la seguridad del ABS. Así como la duke 200 me encontré que la Duke 390 es una moto ideal para la movilización en la ciudad, sobre todo que a diario transitó mucho por autopistas y la potencia del motor hace la diferencia en el adelantamiento de un carro. Es una moto capaz de llegar a velocidades muy divertidas. Gracias a la moto pase de trayectos desde 40 minutos hasta una hora y media, a trayectos de 15 a 20 minutos. Si el tiempo es oro, la Duke 390 es la gallina de los huevos de oro.
Si el tiempo es oro, la Duke 390 es la gallina de los huevos de oro.
Una vez entrado el «invierno» – o más bien lloviznas sorpresa que acostumbra Medellín – la encrucijada diara al ver las nubes es Seguridad vs Rapidez. ¿Me mojo y llego más rápido? ¿O me demoro más y llego seco? Son las 2 principales preguntas. Pero por alguna razón siempre termina ganando la moto, aunque siempre existe el temor de resbalarse en el piso mojado, o que un carro no te vio o te cerró, una imprudencia de otra moto. Pero ir en moto siempre será más rápido, más económico y más divertido, y ¿para qué es la vida sino para pasarla bien? El resto, se lo dejo a un buen impermeable y estricta prudencia.
El Mono