En esta salida geriátrica priman las canas, los achaques y dolores de cintura. Pero cuentan más las ganas de continuar viajando, descubriendo paisajes, personas y nuevas experiencias y repasando otros sitios que sin importar cuántas veces se recorran, siempre dejan buen sabor de boca y siguen sumando historias inolvidables.
Los caminos de Santander llevaron a este peculiar trío y sus KTM 790 Adventure a conocer la fábrica de bocadillos de don Saúl, que con su caldera de más de 200 años, sigue imparable produciendo todo tipo de estos deliciosos dulces para ofrecer no solo a los consumidores colombianos, sino para muchos afuera en el exterior.