El cronograma de viajes de MotoTest está repleto de kilómetros por hacer, incluyendo seis viajes programados para este año, entre ellos uno a Perú. Esta vez nos unimos a ellos en el primer viaje de 2016. La cita de salida fue en la bomba de Industriales, donde nos reunimos muy puntualmente a las 5:30 a.m.. Serían unas 35 motos rumbo a la Pintada, Antioquia donde realizaríamos la primera parada. El Restaurante Doña Rosa con un suculento desayuno sería el abrebocas de este espectacular paseo.
Un grupo muy organizado para rodar.
Retomamos la carretera rumbo a Manizales y allí nos detuvimos a repostar en la Estación de Servicio Terpel, en el km. 8 Chinchiná – La Felisa y, a su vez, de ahí retomamos la vía Manízales – La Felisa, para empatarla con la Vía Letras – Manízales (Vía Panamericana), donde finalmente nos desviamos a la ruta que conduce al Nevado Del Ruiz.
Un paisaje desolado pero hermoso, perfecto para montar en moto.
En este desvío al Nevado, donde aún hay carretera pavimentada, hay unos 10 kilómetros aproximadamente hasta la desviación que encontramos a mano derecha, que nos indica que estamos a unos siete kilómetros del hotel. Ésta es una carretera destapada en “buenas” condiciones. En total, recorrimos unos 240 kilómetros hasta el hotel, en aproximadamente cinco horas.
Espectaculares paisajes en la vía.
Llegamos al Hotel Termales Del Ruiz. Allí parqueamos las motos y fuimos recibidos muy cordialmente por Andrés, el administrador del hotel. Quien después del registro, y de descargar las maletas y nos acompaño con un tour por el hotel. Nos contó Andrés que este hotel fue construido en 1.937 y estuvo abandonado aproximadamente unos 10 años, hasta hace dos años que quedó en manos del Hotel Carretero – la infraestructura hotelera más grande del departamento de Caldas – y fue remodelado. En la actualidad, cuenta con 20 habitaciones que pueden albergar cómodamente a unas 60 personas en sus instalaciones y un equipo de trabajo de 12 personas que, permítanme acotar, son más que atentas.
El drybag de Mosko Moto se convierte fácilmente en morral a la hora de llegar a un destino.
Termales del Ruiz cuenta con una piscina de aguas termales azufradas con propiedades únicas tanto medicinales como relajantes y cuyos yacimientos se localizan en las entrañas del Volcán Nevado del Ruiz y que pueden alcanzar temperaturas de hasta 65°c. Perfectas para el frío.
Andrés, el administrador del hotel fue muy amable con nosotros.
El hotel aún está en remodelación pero funcional y, según nos comentó Andrés, tienen un proyecto de expansión para unas nuevas suites incluyendo jacuzzi y cabañas. Andrés continuó con el tour y nos mostró una zona húmeda con piscinas privadas. Hay tres para dos personas y una con capacidad para ocho, que se puede usar si no se quiere estar en la piscina exterior con los demás huéspedes.
La piscina de aguas termales nos llamaba a gritos.
Después nos fuimos a caminar por el sendero ecológico del hotel, en el cual vimos varios colibríes que, según nos cuenta Andrés, estar situados en una privilegiada ubicación a 3.500 metros sobre el nivel del mar, les permite convivir con múltiples especies. En la actualidad han identificado unas 20 especies, con ayuda de ornitólogos que vienen tanto de Colombia como del exterior.
El jardín integra la flora del páramo con el hotel.
La comida era tipo buffet – almuerzo del día de llegada y desayuno del día siguiente – y venía incluido en el paquete que nos ofreció MotoTest. Debo acotar que estaba deliciosa y que el personal del hotel estuvo muy atento y pendientes a todo momento de los requerimientos y necesidades de los huéspedes. Después de la comida recibimos una sorpresa que nos tenían preparada: había una fogata acompañada por un saxofonista que nos deleitó con sus melodías en vivo.
Una gran sorpresa tenia el personal del hotel para el grupo de Mototest.
El resto del día fue de relajación, usamos el jacuzzi y la piscina de agua termal, comimos y a descansar. Al día siguiente por la mañana subiríamos al Nevado. El día siguiente, a las nueve de la mañana ya estábamos todos listos. Dos buses nos esperaban para emprender la subida a El Nevado. Nos esperaban 4.138 metros sobre el nivel del mar, pero primero debíamos ir al centro de información de visitantes del Parque Nacional conocido como Brisas, donde recibimos una charla acerca del manejo que se le da al parque. Allí nos hicieron saber que en la actualidad el Volcán está en alerta Amarilla, por lo que sólo podemos ascender hasta el Valle de las Tumbas, situado a 4.330 metros sobre el nivel del mar.
Estamos a 4.138 metros sobre el nivel del mar.
En 1.974 fue creado como un parque nacional, tiene una extensión de un poco más de 58.000 hectáreas, su altura fluctúa desde los 2.600 hasta los 5.321 metros sobre el nivel del mar y, lamentablemente por los cambios climáticos, pronto el nevado pasará a ser clasificado como un páramo.
Un briefing antes de entrar al Nevado.
Terminó la charla y abordamos de nuevo los buses, continuando de esa manera nuestro viaje hasta Aguacerales a 4.070 metros sobre el nivel del mar, donde pudimos apreciar como la flora del páramo absorbe la humedad del ambiente y la va soltando poco a poco en la época de verano. Continuamos el recorrido a donde antiguamente se encontraba el refugio que fue destruido por un incendio en abril de 2010, luego de tener cerca de 50 años en el lugar.
Aún es un misterio que provoco el incendio en el anterior refugio.
Ahora, en este sitio, se encuentra un nuevo chalet construido a base de pinos canadienses, muy resistente a las inclemencias del clima y la altura a las que se somete esta construcción. Tiene cafetería, baños y un mirador en el segundo piso.
Un panorama desolado y frío que parece casi otro planeta.
El paseo continuó hasta nuestro destino final a 4.330 metros sobre el nivel del mar en el Valle de las Tumbas, nombre que proviene de unas formaciones rocosas que parecían sarcófagos, las cuales ya no están a la vista porque con el tiempo la arena las ha cubierto.
El valle de las tumbas.
Increíblemente a estas alturas no se sentía tanto frío como el que sentíamos en Aguacerales, y es que al estar a esta altura la radiación es mayor y por lo tanto debemos estar muy bien protegidos con bloqueador solar. El paisaje parecía sacado de una película, completamente desolado. No había vegetación, sólo arena y rocas formadas por lava.
La vista, el clima, todo. Que maravilloso lugar.
Nos acercamos al filo del cañón y la guía nos pidió que gritáramos al unísono “Cumanday”, palabra con la que los nativos precolombinos identificaban al “Cerro blanco”, con lo que posteriormente se sintió un gran efecto acústico, como si hubiera muchísima gente gritando.
Cumanday.
La guía aprovechó el momento para recordarnos la tragedia de Armero: “Antes, el volcán era conocido como “el león dormido”, ya que no había mostrado señales importantes de actividad y no había hecho erupción desde hacía 150 años, pero a mediados de 1.985 el león comenzó a despertar. Los sismólogos notaron un aumento de la actividad sísmica. «El 13 de noviembre, el cráter Arenas del Nevado del Ruiz hizo erupción violentamente”. Una erupción nocturna ocasionó que parte de la capa de hielo se derritiera y se moviera hacia abajo junto con lodo y escombros. Como resultado, más de 20.000 personas perdieron la vida y la ciudad de Armero fue completamente destruida.
En el hotel nos esperaba un refrigerio mientras todos íbamos corriendo de lado a lado empacando nuestras cosas, preparando las motos, preguntando por esto y lo otro. Era una locura. Andrés hizo presencia nuevamente y nos pregunta cómo nos había ido en el viaje y cómo nos pareció la estadía en el hotel. No tuvimos ni una sola queja y lo recomendamos para cuando quiera darse este viaje. Todo fue excelente y a la hora de despedirnos no lo hicimos con un “adiós” si no con un “hasta pronto”, porque seguro que volveremos al Hotel Termales del Ruiz. Para terminar, la guía nos dijo que lo mejor que pudimos hacer fue quedarnos el día antes del recorrido en el hotel, ya que como éste está a 3.500 metros sobre el nivel del mar, nos permitió a adaptarnos a la altura y no sufrir en el recorrido de “soroche” o “mal de montaña”.
Nos vemos #EnMoto.
Gracias a Master Trip Colombia por la foto grupal en el Valle de las Tumbas.