En la primera parte del viaje estuvimos conociendo el Norte de Carolina y el famoso «Tail of the Dragon», sufrimos un poco por el frío y nos encantamos con la delicia que es Savannah, Georgia. Ahora nuestro viaje nos llevará a uno de los destinos más importantes en el mundo del motociclismo, el Barber Vintage Motorsports Museum, pero antes conoceríamos la destilería más vieja de Estados Unidos, y así comienza nuestro tercer día a bordo de la Triumph Bonneville.
Día 3 Miércoles: Deals Gap (Robbinsville) Carolina del norte – Jack Daniels Distillery (Lynchburg) Tennessee – 209 millas, 306 kms
Ojo abierto 6 am otra vez, parece ser la norma para este viaje. Ahora si es imposible pararse, el frío es fatal, me paro de la cama solo a buscar desesperadamente el control de la calefacción. No hay sol y está completamente nublado afuera, he incluso hay neblina. Debajo de la cobija y a ver un poco de TV esperando que mejores el clima. No tengo wifi ni señal entonces no hay forma de verificar el estado del tiempo ni la temperatura que luego descubrí en la web que rondaba entre 0 y -1 grados. A esperar mínimo hasta las 9 am para salir con destino a Lynchburg.
Me acompañaron días hermosos, aunque fríos.
De salida me encuentro a varios motociclistas mirando la moto; ha sido el común en estos días que la he tenido. La moto es espectacular y llama mucho la atención. Me preguntan de donde vengo y les cuento la historia. Quedan asombrados y me preguntan que como me va con la moto en tremenda travesía y les digo lo descrestado que me tiene: su potencia es mas que justa, es comodísima a pesar de la falta del windshield, y su autonomía me permite hacer unas 150 millas, más o menos 240 kms, antes de entrar a reserva. Las maletas son más que suficientes para mi equipaje y aparte su comportamiento para carreteras curveadas como la del Dragón es magnífico. Del look ni se diga, una pintura perlada que la convierte en una pieza de arte en dos ruedas. Fin de la conversación, nos despedimos y cogemos por rumbos diferentes.
Los paisajes a lo largo del viaje no dejaron de sorprenderme, al igual que la amabilidad de los demás motociclistas.
Mis nuevos amigos usaban ropa eléctrica que se conecta a las motocicletas, y ya están acostumbrados a que montar en esta temporada significa mantener este tipo de equipamiento: Guantes, chaqueta, pantalón e incluso a las botas le ponen una plantilla que se conecta todo a la batería de la moto para mantenerse caliente. Por mi parte, pobre colombianito, iba con 2 camisas manga larga térmicas, un buso, una chaqueta térmica, el liner y la chaqueta de protección. Unos guantes térmicos y los de protección, botas y 2 pares de medias. El frío era horrible, lo peor de estos días. Me detuve en varios sitios para tomar fotos pero los dedos ni los sentía al tocar los botones de la cámara – sacar la mano de ls guantes? ni loco – la cámara Garmin se bloqueó y el intercomunicador, por alguna razón, dejó de funcionar asumo a causa del frío. Iba en una carretera paralela a un pequeño río muy bonito y veía saliendo como humo del agua. Posiblemente estaba a pocos grados antes de congelarse – desearía estar exagerando – en mi vida había sentido tanto frío. Logré salir a la autopista y ya el sol empezó a calentar un poco más, aunque frecuentemente tenía que poner las manos en el motor para calentarlas un poco y recuperar el movimiento de los dedos. Que peligro. Ha sido el frío mas grande que he enfrentado en una montada en moto, superando con creces el sufrido en la ruta Quito – Cuenca.
Pro Tip: No subestimen el frío, lo lamentarán.
Gracias a Dios llegué a Lynchburg, Tennessee, un ciudad con mas de 6.500 habitantes, y sede de la famosa destilería de Jack Daniels cuyo famoso whiskey de Tennessee se comercializa en todo el mundo. Es la destilería mas antigua registrada en USA, y es el producto de una ciudad con un solo semáforo. Algo muy simpatico, Lynchburg es un pueblo que a pesar tener una destilería que vende a nivel mundial mas de 11 millones de botellas de Whiskey es una ciudad “Seca”, donde en pocas palabras no se puede consumir alcohol – y yo pensando que así me iba a calentar. Era uno de mis destinos fijos del viaje, hacer el tour de Jack Daniels.
La tienda de souveniers tiene algo para todos, pero especialmente whiskey.
Bueno hablemos de los tours, son de 9 am a 4:30 pm y no tienen costo. Hay otro tour con costo exclusivo para mayores 21 años que incluye catar las diferentes variedades de Whiskey de la casa – ¿cuál creen que hice? – Nos reúnen en una sala donde hay una estatua del pequeño Jack, que como uno de mis mejores amigos apenas media 1.57 cms. Nos enfilan hacia un bus y nos llevan por el pueblo hasta una bodega gigante que esta llena de barriles de Whiskey en reposo, después nos llevan al lugar donde apilan la madera usada para uno de los procesos de destilación. En algunas partes no se pueden tomar fotos.
La historia de este lugar es impresionante, si les gusta el buen Jack, el solo olor de este lugar les encatará.
De ahí pasamos por la cochera donde están guardados los antiguos carros de bomberos restaurados, hermosos, y de allí pasamos a una caverna. Esta caverna es la razón principal por lo que fue fundada la destilería ya que al interior de la caverna brota agua pura utilizada para el proceso de elaboración del whiskey. Nos encontramos una estatua de Mr Daniels y muy cerca la oficina donde se encuentra la caja fuerte que finalmente causo su muerte: resulta que Jack un día le ha metido una patada a la caja fuerte porque no la pudo abrir y se partió la pierna. La herida causo una gangrena que lo despacho al otro mundo. Pobre Jack.
El recorrido continua por parte de los procesos y termina en un salón donde están los barriles. Nos muestran como están hechos por dentro y al otro lado de la sala están las tiendas que han vendido barriles completos de Whiskey – Ojo barriles, no botellas – de ahí a la embotelladora y finalmente el area de souvenirs. ¡Allí puedes imprimir en laser lo que quieras en una botella de buen Jack! El tour fue bastante divertido y un placer para los sentidos; para quienes gustan del buen whiskey y conocer algo que s parte integral de la historia de EEUU es un buen lugar para visitar.
La icónica botella de Jack no siempre fue así, desde sus humildes comienzos en 1875.
Día 4: Jack Daniels Distillery (Lynchburg) Tennessee – Barber Vintage Motorsports Museum, Leeds, Alabama – 162 millas 260 kms
Es temprano aún y la verdad en Lynchburg no vi mucho para hacer así que emprendí mi viaje hacia Birmingham. Me fui por puras carreteras secundarias, todo es muy diferente, cada vez cambia más el paisaje, las construcciones e inclusive la gente. Ya en Alabama veo muchos sembrados de algodón inmensos, y cambia la comida en las bombas de gasolina, por ejemplo ya no encuentro Hot Dogs, solo Pizza. Birmingham es la ciudad más grande del estado de Alabama en los Estados Unidos. La población de la propia ciudad es de 242.820 habitantes, pero hay más de 1.100.000 habitantes en el área metropolitana. Nunca había estado acá, así que me fui para el centro y aun no tenía hotel. Trip Advisor me recomendó el High Lands Bar and Grill así que allí me dirigí. Al llegar el joven del valet parking me empezó a preguntar que de dónde venía y después de contarle la historia me dijo que la podía dejar ahí con todas las maletas, que él la cuidaba. En días movidos puedes necesitar reserva, aunque tuve algo de suerte y encontré mesa.
Una vez adentro de inmediato me guiaron a una mesa, a pesar de estar repleto de gente. Un mesero muy amistoso que me pregunta de donde soy. «De Colombia» respondo, y me empieza a hablar en un Español no muy fluido, pero entendible, y me cuenta que el restaurante no solo es el #1 de Birmingham si no el #5 en todo EEUU! Donde el menú cambia todos los días ¡Vaya suerte! le digo que me dejaré sugerir, así que comeré unas ostras de entrada, una entrada adicional un plato fuerte y un postre. La verdad no tiene mucho sentido hablar de los nombres de los platos porque según me cuenta el amable mesero los cambian todos los días pero ha sido una de las comidas mas espectaculares que he tenido en mi vida. Super recomendado. De nuevo recurro a Booking.com y encuentro un hotel a las afueras de la ciudad a unas 20 millas (unos 32 kms) del Museo Barber que visitaría el día siguiente.
Un paraíso motero.
Día 5: Barber Vintage Motorsports Museum, Leeds, Alabama – Orlando, Florida – 571 millas – 918 kms
Por fin el día amaneció despejado, y pude disminuir la cantidad de ropa térmica. El sol esta en pleno y no me afano mucho porque el museo lo abren a las 10 am. Rumbo al Barber Museum conozco un poco más de Birmingham, una ciudad muy bonita y tranquila, al que me gustaría volver con mas tiempo a recorrerla. Voy saliendo a la desviación y desaparecen las construcciones. Ya solo veo carreteras doble calzada y ni un alma. De pronto llego a la entrada y el emblemático letrero de bienvenida ¡no podía faltar mas, había que parar a tomar la foto!
El parqueadero de motos es preferencial, justo en la entrada.
El museo tiene su nombre gracias a George Barber, un corredor de carros que en los años 60 logro un impresionante record en pista de 63 primeros puestos en las carreras, corriendo Porches. Este señor era un ejecutivo de negocios y en 1988 se dedicó a su pasión, los deportes a motor y empezó a coleccionar y restaurar vehículos. En 1988 George junto a David Hooper se dan cuenta que la colección más grande de carros del mundo ya existe y juntos empiezan la carrera por tener la mejor colección de motos del mundo.
La Motus MSTR una moto creada y construida en Alabama.
En 1991 se hacen a un trío de Hondas V-Four, y le suman a la colección 2 motos de propiedad de Hooper, una de ellas era una Victoria Bergmeister de 1952 una ¡rareza espectacular! y así comenzó la búsqueda para crecer la colección. El museo abrir sus puertas al público en 1995 y continuo en el mundo de las carreras con un equipo propio que le dio a Birmingham 7 campeonatos nacionales hasta 1998. En 1997 invitaron a Barber a una exhibición en Nueva York llamado “El arte de la Motocicleta”, de ahí fue a Chicago y a Bilbao España. La popularidad generó la necesidad a Barber de tener unas instalaciones en Birmingham, pero el quería un “Museo Vivo” así que comenzó la creación de una pista de carreras. En 2003 el parque se abrió al público con una pista de 2.38 millas (3,8 Kms) y 16 curvas que ha sido el hogar de la escuela de manejo deportivo de Porsche, así mismo el sitio de presentación de innumerables vehículos y filmación de comerciales.
Al día de hoy el museo cuenta con mas de 1.400 motos, unas que suman 100 años de haber sido construidas. En un día normal puedes ver en los 5 pisos del museo unas 650 motos de 200 diferentes marcas y provenientes de unos 20 países. Al museo llegan unos 270.000 visitantes al año y ¡en 2014 fue declarado según el libro de los Guinness Records como la colección más grande de motocicletas del mundo! Lo lograron.
Motos y motos hasta donde el ojo puede ver.
En el museo el parqueadero de motos es “Preferencial” porque parqueas casi en la puerta, los automóviles tienen que estacionar mucho más lejos. La entrada cuesta unos U$15, hay lockers para dejar el casco e indumentaria y lo que te estorbe para la visita. La recomendación en la entrada es, tomar el ascensor hasta el quinto piso y comience a bajar. Puede ver la pista desde el piso 5, 3 y 1. Tuve la fortuna de ver entrenamientos. Para mi entrar al museo fue como entrar a una juguetería de niño. No sabía por donde empezar ni que mirar, en un afán de ver todo y que no se escape ni un detalle. Hay motos espectaculares, feas, raras, nuevas, usadas, plásticas, de madera, retro, modernas, antiguas, mejor dicho hay para todos los gustos. Este museo es una cosa por hacer que hay que tachar en tu lista de pendientes moteros.
Las Yamaha’s clásicas siempre son un gusto para mirar.
Estaba a casi 1.000 km. de Orlando, era Jueves y debía entregar la moto en Eagle Rider el sábado a las 9 am para salir al aeropuerto. La idea desde el principio ha sido dormir donde me coja la noche y en la medida de lo posible tratar de manejar siempre con la luz del día. Tenía ganas de finalizar el paseo en una nota diferente e ir a Cirque du soleil en Orlando. Pensé que si arrancaba podría hacer unos 700 km. y quedarme en Ocala, Florida o muy cerca. Así que de inmediato prendí la Bonneville y comencé mi largo retorno. En cada parada a repostar gasolina, descansaba un rato y comía, así que la meta era cada 150 millas (240 kms). Empezó a oscurecer como a las 7:30 pm y tuve que decidir. ¿Parar o seguir? Me faltaban más o menos unas 2 horas para llegar y realmente quería llegar, pero no me parecía prudente. De repente veo un grupito de 3 motos y me les uní muy prudentemente. Iban a un buen ritmo y me acompañaron hasta un poco mas abajo de Ocala, a eso de las 10 pm. Busqué un hotel y a descansar.
Como niño en juguetería, un lugar que tienen que visitar.
El paseo terminó con un poco de shopping, un merecido descanso y finalmente ver el circo. El sábado 9 am en la puerta de Eagle Rider despidiéndome de mi compañera de aventuras, la Triumph Bonneville. Me despedí de Lora y Mindy las chicas que estuvieron pendientes de mi en el proceso del alquiler y muy amablemente me llevaron de nuevo al aeropuerto, ¡se acabo el paseo! Una experiencia única donde pude disfrutar un estilo de moto que nunca había contemplado, un estilo relajado y tranquilo hecho para el disfrute de montar. La Triumph se ganó mi corazón en un paseo que nunca olvidaré por algunos de los lugares más icónicos del mundo del motociclismo.
Esperen próximamente otro destino #EnMoto