Este fin de semana iba a asistir a la rodada anual del 20 de Julio en Automovili Pereira. El evento fue un éxito total con asistencia de más de 500 motocicletas a la rodada. Una ruta probada de La Virginia – Anserma – Riosucio – Supia donde se realizaría el almuerzo – La Feliza – Chinchina – Santa Rosa – Salento para Dormir. En el evento participaron varios de nuestros patrocinadores como Mastech exhibiendo su nueva línea de maletas blandas y Sena bluetooth con el nuevo intercomunicador/camara 10C y la cámara PRISM.
El delicioso cholao en todo su esplendor.
En esta feria tuve la oportunidad de degustar un delicioso cholao de Peters “El Original» que vendían en un food truck de los que están de moda ahora en Medellin ¡pues si señores que en Pereira hay de Cholao!
La cosa es que ya recientemente Leo había estado en Salento, y yo había hecho gran parte de la ruta de la rodada en nuestro anterior viaje a los Termales el Otoño por lo que no veía necesidad o novedad en contar una de nuestras aventuras. Pero todo cambió cuando nos encontramos con Daniel Fernández quien regresaba de Cali del lanzamiento de la Kawasaki H2 en el concesionario Potenza; Conversamos y nos desatrazamos de novedades y me preguntó, «¿Qué vas a hacer después de que se acabe el evento?» nada le dije, «Con ganas de ir a Salento.» – «Si vas a Salento tenes que ir a probar el mejor Salmon ahumado que me he comido, anda a Café Bernabé, y lo probas». Amando el salmón, de una se me alumbró el bombillo, así que me aliste y arranqué.
El día estaba gris y había una nube siempre adelante que amenazaba con un aguacero, y aunque a veces caían unas goticas no pasó nada grave, sin embargo el caos vehicular para entrar a Salento era increíble. La vía de acceso a Salento es supremamente pequeña y el pueblo no está preparado para semejante afluencia de visitantes; afortunadamente íbamos #EnMoto entonces no fue mayor problema sortear el taco que se estiraba por casi 4 kilómetros. Waze nos llevó hasta una cuadra arriba del parque buscando el recomendado restaurante, aunque no pudimos llegar directamente al restaurante porque está en la vía que lleva a las escaleras del mirador, una vía peatonal. Parquee la moto y fuimos caminando entre la multitud y llegamos al restaurante.
La especialidad de casa es una razón más para volver y volver a Salento.
Al llegar al restaurante y ver la multitud, agradecí haber realizado reservas. Adrián nos atendió y muy amablemente me dijo «Los estábamos esperando» y nos llevó a nuestra mesa. «¡Hermano vengo super recomendado!» le dije. Nos vio de cascos y con la gorra de EnMoto y me dijo, «¡yo ya se a usted quien lo mando! Apuesto a que fue este señor Daniel, él vino hace poco y nos reímos mucho con el , cuando comió empezó a hacer cuentas que cuanto se demoraba de Medellín a Salento para venir a almorzar y devolverse el mismo día, y cuando se iba a ir el restaurante estaba lleno y se paro afuera y gritó, es el Salmon mas chimba que me he comido en la vida” nos cuenta entre risas Adrian. Típico Daniel.
El restaurante es pequeño y acogedor con unas 6 o 7 mesas y una carta muy extensa, aunque venimos por la sugerencia de Daniel que es el Salmon Ahumado en salsa de Chutney de Jengibre. Para maridar Adrián me recomendó una copa de vino a la que tuve que declinar por que iba conduciendo, así que termine con un jugo de mora. La historia de Bernabé comenzó hace unos 3 años cuando abrió sus puertas como un café especializado, «Bernabé» era el nombre del Abuelo de Adrian, y con este café hace un homenaje a los caficultores de la zona, así como hace homenaje al abuelo de su esposa con el Filet Mignon en salsa Emilio, el nombre de su abuelo, que es la segunda recomendación de la casa. Adrián es un Biólogo que dedicó sus estudios al cafe, y hace un poco menos de 2 años empezó ya en el negocio con la parte de comidas, donde él y su esposa empezaron a crear las recetas. Eventualmente llegó el Chef Omar y les dió el toque que faltaba para crear semejante exquisites. Completamente recomendado.
Otra gema de este pueblo colonial de Colombia que no deja de sorprender.
Durante el almuerzo me llama la atención que llega un señor en una bicicleta y entabla una conversación con Adrián, empiezan hablando de un café y hablan de una manera muy profesional y con un léxico muy técnico, hasta que Adrián le dice «te voy a hacer uno». Saca un recipiente de vidrio y lo pone en el mostrador, saca una pesa digital y un filtro de papel y empieza a hacer un ritual en el que me cuenta que es una manera muy poco común de preparar el cafe para resaltar su sabor, hace una purga en el molino de cafe y empieza a molerlo, calienta agua y se lleva todo para la mesa y termina el ritual con un café que tenia un aroma encantador.
Entre Salento y sus carreteras hay suficientes «excusas» para tener que volver.
Se acabó el recreo en Bernabé y nos fuimos a dar una vuelta por los alrededores, la afluencia de gente al mirador no nos permitió subir, asi que dimos una vueltecita por el parque. Este está lleno de restaurantes alrededor, su especialidad la trucha en todas las preparaciones habidas y por haber, es un parque muy pintoresco. Uno de los atractivos turísticos es el tiro al blanco con un rifle de aire, donde por 300 pesos te podes ganar hasta $20.000 ¡Facilísimo, si uffff! Subimos al valle del cócora, que no le cabía un alma, así que nos comimos una oblea y emprendimos el retorno al hotel, con tan buena suerte que llegamos y se largo un monsón que duró hasta las 9 am del día siguiente, apenas escampo emprendimos el regreso a Medellin por la vía antigua Cerritos – Anserma – Riosucio – Pintada – Medellin.
Me hospedé en el Hotel Sonesta Pereira en la via a Cerritos, un hotel que me gustó bastante con una zona húmeda excelente, piscinas enormes, y un jacuzzi dificil de ignorar, aparte de que cabe anotar que el servicio y la comida son excelentes y las habitaciones se pasan de comfortables.
¡Nos vemos!